Domingo marzo 16, 2025
Prosperar con Sabiduría y Propósito
Charles
Fillmore, en su libro Prosperidad, enfatiza la importancia de una fe
inquebrantable en Dios como la fuente omnipresente de la esencia. Enseña que la
prosperidad no ee meramente la riqueza material, sino de alinear la mente con
la abundancia divina. Cuando las personas intentan por primera vez cambiar su
mentalidad para ver a Dios como la esencia omnipresente que todo lo sustenta,
con frecuencia les cuesta mantener esa creencia de forma constante. Esto se
debe a que años de pensamiento condicionado de escasez generan dudas, que
pueden romper momentáneamente su impulso espiritual. Fillmore anima a la
perseverancia para aferrarse a la idea de que la esencia divina siempre está
disponible, incluso cuando las circunstancias externas parezcan desafiantes.
El
destaca una trampa común: permitir que el miedo y los pensamientos basados en
la carencia vuelvan a la conciencia. Cuando las personas dudan repentinamente
de su suficiencia —pensando: «No tengo lo suficiente para pagar todas nuestras
cuentas»—, esencialmente se desconectan del flujo de la provisión divina. Esta
falta de fe actúa como una interrupción, deteniendo el proceso de
manifestación. Fillmore enseña que la manifestación espiritual requiere una
creencia continua e inquebrantable. Si uno flaquea, debe remediarlo de
inmediato reafirmando la verdad de que Dios es la fuente de provisión infinita.
Esta disciplina mental es crucial para desarrollar una conciencia próspera.
Para
manifestar la prosperidad con éxito, Fillmore aconseja reemplazar la duda con
una firme convicción espiritual. La clave está en entrenar la mente para
permanecer anclada en la abundancia divina, independientemente de las
condiciones externas. Esto requiere afirmaciones diarias, oración y negarse a
albergar pensamientos de escasez. Así
como una interrupción en el impulso desacelera un objeto en movimiento, una
falta de fe desacelera el desarrollo de la prosperidad. Sin embargo, al
corregir rápidamente estas interrupciones mentales y realinearse con la verdad
de la abundante presencia de Dios, las personas pueden restaurar su progreso y
experimentar la plenitud de la provisión divina en sus vidas.
Al
reemplazar la palabra "Dios" por "Bien", tenemos una mayor
probabilidad de demostrar la prosperidad financiera que deseamos. Consideren lo
siguiente: Comenzamos nuestro trabajo con uno de los fundamentos: "dar y
recibir". ¿Y por qué empezamos así? Porque condicionamos nuestra mente a
aceptar que "tenemos"... una conciencia de "no tener" no
puede demostrar más, y es más probable que demuestre "pérdida"... y
cada uno de nosotros puede empezar a hacerlo inmediatamente. Así que comenzamos
siempre dando más, esforzándonos conscientemente, por así decirlo. Esto puede
ser tan simple como redondear nuestro pago a las compañías de servicios
públicos para dar una propina superior al 15% habitual. Por ejemplo, si nuestra
factura de electricidad es de $144.00, escribamos un cheque por $150.00, o
$145.00 si aún no nos hemos convencido, calculemos la propina en un 15% y
luego, deliberadamente, añadamos $5 o $10 más, reconociendo siempre que estamos
trabajando con un principio. Aprovecha cada oportunidad para demostrar tu
conciencia de abundancia. Estos sencillos pasos condicionan nuestra mente para
pensar siempre en "más"... y al pensar más, más nos llegará. Y no te
limites al dinero... da más de todo cuando tengas la oportunidad... ve más allá
de lo esperado con propósito... y da más o haz más... siempre. Crea una
atmósfera mental de abundancia... de "tener"... no te endeudes para
lograrlo... hazlo con sabiduría y propósito.
¡Mantén la fe!
Rev-Bates
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