El mensaje de esta semana es un tributo a uno de los maestros espirituales
y metafísicos más grandes, el juez Thomas Trowardquien salió de esta vida hace
100 años en Mayo 16, 1916. Thomas
Troward nació en Punjab, India en 1847 de padres británicos, Albany y Frederica
Troward. Su padre tenía el grado de
coronel del ejército indio. El fue
llevado de regreso a Inglaterra para que asistiera a la escuela y en 1865, a la
edad de 18 años, se graduó de la universidad con medalla de honor de oro en
literatura. Entonces decidió estudiar leyes
aunque en su corazón el siempre se consideró artista y pintor.
A la edad de 22 años, en
1869, el regresó a la India y tomó el difícil exámen del Servicio Civil
indio. Uno de los temas era la
metafísica y Troward sorprendió a todos con sus respuestas por su originalidad. El llegó a ser asistente de comisionado y fue
rápidamente promovido a Juez Divisional en el Punjab donde sirvió por los siguientes 25 años.
En la India se casó con su
primera esposa. Juntos tuvieron tres hijos. Se casó por segunda vez después que
falleciera su primera esposa, y tuvo tres hijos más. Su segunda esposa, Sarah
Ann, ayudó en la publicación de sus trabajos después de su muerte. En el prefacio de una publicación titulada
"Troward's Comments On The Psalms" Annie Trowards escribe: "Cuando se retiró del Servicio Civil de
Bengala en 1896, el decidió dedicarse a tres
propósitos ... el estudio de la Biblia, a escribir sus libros y pintar
retratos ... El creía que la solución a todos los
problemas estaba ahí en la Biblia para aquellos que la leían y meditaban con
sus mentes unidas con su Inspirador".
El pasatiempo favorito de
Trowards era la pintura. El había ganado
varios premios de arte en la India.
Después de retirarse del Servicio Civil el regresó a Inglaterra en 1902
a la edad de 55 años, con la intención de dedicarse por completo a sus pinturas
y también a escribir. El ya habia digerido minuciosamente todos los libros
sagrados de las religiones orientales y ciertamente ellos habian influenciado
sus ideas espirituales. Se dice que una
vez le vino una visión acerca del desarrollo de un sistema de filosofía que dió
paz a la mente y los resultados prácticos de la salud física y la felicidad al
individuo.
He aquí algunas de mis
citas favoritas del juez Thomas Troward:
"Nosotros podemos crecer gradualmente hacia
cualquier condición que deseemos, provisto que primeramente que adoptemos una
actitud mental habitual para persona que corresponde a esas condiciones.
Ningún
pensamiento ansioso en cuanto a los medios que se emplean en la realización de nuestras metas es
absolutamente innecesario. Si el fin está ya asegurado, entonces lo que sigue
es que todos los pasos que lo llevan a ese fin están igualmente asegurados.
La ley
de la flotación no fue descubierta por la comtemplación del hundimiento de las
cosas, sino por la contemplación de la flotación de las cosas las cuales flotaron de manera natural, y
luego pregutando inteligentemente por que ellas así lo hicieron.
Por lo
tanto convierte, las más importantes de todas las consideraciones con ese
caracter que nosotros invertimos en la Mente Universal; ya que nuestra relación
con eso es puramente subjetiva infaliblemente nos dará exactamente ese personaje que nos impresionamos en él;
en otras palabras será para nosotros exactamente lo que nosotros creemos que
es".
En los últimos añnos de su
vida Dr. Wayne Dyer citaba a menudo de los libros escritos por Thomas
Troward. Los movimientos El Espiritu
Vivo, el Nuevo Pensamiento y el Cristianismo Progresivo todos tienen una deuda
de gratitud a la consciencia espiritual que Troward compartía con
nosotros. Para aquellos que
verdaderamente quieren un entendimiento inteligente de la Sagrada Biblia y
ciertamente los libros del Torá, el estudio de los escritos de Troward son
absolutamente obligatorios. Su entendimiento de nuestra relación con la Mente
Universal, guardará una similitud con aquel del Maestro Jesús, el Buda, el
Krishna, pero estaba desprovisto de cualquier prejuicio o religiosidad.
De los escritos de
Troward: "Por
tanto la incesante necesidad de cada uno para realizar la gran verdad de que su
total individualidad tiene sus fundación en tal raíz, y que el terreno en el
cual esta raíz está incrustada en aquel Ser Universal para el cual no hay
nombre salvo aquel de Uno que encierra todo YO SOY.
La
suprema necesidad , por lo tanto, de cada uno de nosotros es realizar este
hecho fundamental de nuestra propia naturaleza, porque es sólo en proporción cuando nosotros hacemos eso que verdaderamente vivimos;
y, entonces, cualquier cosa que nos ayude a esta realización debería ser
preservada cuidadosamente. De hecho cualquier
forma de religión que contribuya a este fin en el caso de
cualquier inviduo
en particular, para él es verdadera religión.
Puede ser imperfecta, pero es verdad como quiera que sea; y lo que se
requiere es que no destruya la base de la fe de un hombre porque es estrecha
pero expandible. Y esta expansion será
hecha por el hombre mismo, porque es un crecimiento desde adentro y no una
forma de construcción exterior.
Nuestra
actitud hacia las creencias religiosas de otros debería ser, por lo tanto, no
ser como una de iconoclastas, violando sin piedad cualquier cosa desde nuestro
punto de vista que nosotros vemos meramente ídolos tradicionales ( en el
sentido figurado de Bacon de la palabra), sino en vez el método opuesto sentido
de fijación sobre eso en otro credo el que nosotros encontramos positivo o
negativo, y gradualmente llevándolo a percibir en aquello que consiste lo
afirmativo; y entonces, una vez que él tiene la idea del elemento de poder el
cual existe en su forma de creencia acostumbrada, la percepción del contraste
entre aquello y las adiciones no esenciales aumentarán espontáneamente en su
mente, así llevándolo hacia una atmosfera más amplia y más libre.
Troward enseñó que
deberíamos respetar la religión ya que sirvió a la humanidad primitiva pero que
debemos liberarnos nosotros mismos del dogma religioso que nos separa de
nuestro inherente potencial para realizar la libertad sabiendo que nosotros
tenemos acceso al poder individual cuando nuestra mente se sintoniza con el
Infinito. Como dijo el Maestro Jesús, "Yo y el Padre (el Espíritu) somo
Uno" y en esta unidad realizamos que las enseñanzas de Troward aumentan
nuestro conocimiento de la verdad que nos hará libres. Y esta verdad que
Troward descubrió por medio del estudio y la meditación ha hecho precisamente
eso por los pasados 100 años.
¡Y ASI SEA!
¡Mantengan la fe!
Rev. Henry Bates