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martes, 28 de febrero de 2023

¿quién soy yo para juzgar?

 

Mensaje semanal para febrero 26,2023  

   ¿quién soy yo para juzgar?  

           Para la mayoría de ustedes que siguen este ministerio, ya saben que yo les he mencionado antes que leo diariamente los “Columnistas de Consejos”; Pregúntale a Amy, Carolyn Hax, Dear Abby y Miss Manners. Una vez a la semana yo también leo “Social Q” que se publica en el sitio web del New York Times. Muchos días encuentro algo muy interesante en estas columnas que me hacen pensar fuera de la visión del mundo y, en cambio, me hacen recurrir a mi espiritualidad. La visión del mundo la mayoría de las veces es bastante predecible, como verá en los ejemplos que repasaré hoy. Ahora,  yo no estoy seguro de qué columna se originaron, y estoy seguro de que todos ellos han publicado columnas con situaciones iguales o similares.

 

            Lo primero que me llamó la atención fue una carta de una mujer que escribió que ella y su esposo eran personas de fe. Ella escribió que su hijo traería a su novia a casa de visita y que estaba buscando una manera de decirle que él y su novia no podían dormir en la misma cama en su casa. Ella escribió que ésto iba en contra de su fe y la de su esposo y además escribió que ellos eran cristianos conservadores. Mi primer pensamiento fue ¿cómo sabía ella que se acostaban juntos? No todas las parejas jóvenes y solteras duermen juntas. Y si ella lo sabía porque su hijo le había dicho que sí, entonces ¿por qué no le aconsejó sobre el punto de vista de ella y su esposo en ese momento? No importa lo que haga en este punto, el juicio de ella y su esposo sobre esta joven pareja será evidente. Surge la pregunta, ¿se trata realmente de la fe, o se trata de querer que vivan como viven los padres?

           

            Esto trae a mi mente cuán increíble es para mí... tal vez no para otros, pero sí para mí, juzgar a esta pareja como "pecadora" solo porque ellos no tienen ese papel firmado, sellado y entregado al Condado o al Estado, que establece que están legalmente casados. Esto es una tontería. ¿Realmente la gente cree que hay algún “Dios Súper Espía” que está vigilando a las personas que tienen relaciones sexuales para ver si tienen una licencia de matrimonio? La gran y sabia Louise Hay escribió que “Dios no está mirando nuestros genitales”. Y debo decir que yo estoy totalmente de acuerdo con ella. Ver a esta joven pareja viviendo en pecado es un juicio horrible, uno que no debe tomarse a la ligera.

           

            Todos nosotros tenemos derecho a lo que creemos o en lo que tenemos fe, pero ninguno de nosotros tiene la autoridad espiritual para exigir que otros compartan nuestras creencias. Yo creo que cuando la Mente Maestra Jesús nos llamó a “amarnos los unos a los otros” nos estaba diciendo que no juzgáramos a las personas. Mi pregunta a este joven sería, "¿compartes una habitación o quieres habitaciones separadas mientras nos visitas?" Y que todo esté bien sin importar cuál sea la respuesta. Su hijo sabe que son cristianos conservadores, por lo que su respuesta puede sorprenderla. La conclusión es, ¿los padres amarán menos a su hijo si él y su novia comparten la misma cama?

           

            La otra carta que me hizo pensar era de una mujer que escribió que estaba en un matrimonio de veinte años, y que su esposo la había engañado en secreto al principio de su matrimonio durante varios años con otra mujer. Ella escribió que ella y su esposo habían superado ésto y todavía estaban juntos, pero todavía tenía tanta ira hacia la otra mujer, a quien conocía, que ella quería saber si debía confrontarla. Mi primer pensamiento es, ¿cómo puede ser feliz en su matrimonio mientras guarda tanta ira hacia la otra mujer? La otra mujer no le hizo ningún voto, pero su esposo sí. ¿Ha torcido de alguna manera la dirección de su ira para mantener su matrimonio? No podemos ocultar nuestra conciencia, así que quizás la vida con su esposo no sea tan feliz como ella quiere. Pero, ¿cómo el hecho de confrontar a la otra mujer haría más feliz su matrimonio? También puede abrirle alguna información que empeore su situación con su esposo.

           

            La mayoría de los "Comentarios" dirigidos a este artículo estaban a favor de una confrontación. No veo que eso ofrezca ningún beneficio a esta mujer o a su matrimonio. Si "venganza" es lo que ella quiere, la ira que la motiva no será satisfecha enfrentándose a la mujer. ¿Alguien puede convencerla de que tal vez podría sentir algo de empatía por la otra mujer que ahora ha perdido a un hombre al que obviamente quiso durante varios años? Aquí es donde la orientación espiritual podría beneficiarla, en lugar de la mera psicología o la terapia de pareja, creo yo.

           

            Ambas cartas a "Columnistas de consejos" nos dan la oportunidad de pensar independientemente o de seguir el camino del juicio del mundo. Quién soy yo para juzgar nos lleva a un reino de pensamiento que quizás nos lleve a saber que podemos encontrar la libertad en un mundo sin libertad.