Faith Offering / Donation


 

martes, 19 de julio de 2016

D-s Nunca Le Falla a la Consciencia Lista para Crecer

              Algunas veces encontramos libros o películas u otros materiales escritos que queremos compatirlos inmediatamente con otros. Después de leer más de los escritos de Mary Kupferie, una ministro de Unity y escritora, yo quise inmediatamente compartir lo que había leído. La belleza de sus escritos se basa en la simplicidad con la cual ella expllca profundas verdades espirituales.

            Esto está tomado de de su artículo "God Never Fails" (ella se refiere a D-s en la manera tradicional vernacular masculina) ... "Todo lo que nosotros deseamos, todo lo que siempre concebimos o esperamos obtener ya está provisto para nosotros;  está ya disponible y siempre esperando nuestra aceptación.  Esto es verdad ya sea que concierne el cuerpo, al hogar, o los negocios; aunque las condiciones y situaciones parezcan desesperadas y difíciles; o ya sea que la obtención de los deseos y de lo que concebimos en nuestros corazones parezcan imposibles, más allá de la esperanza de realización.
            La única condición de la cual depende este bien manifiesto para la expresión externa es la condición de la consciencia. Como explicado por un maestro y escritor de la Verdad, "El Espíritu puede hacer para nosotros aquello que puede hacer a través de nosotros. A menos que podamos proveer a la consciencia, el Espíritu no puede hacer el don".  Si la consciencia está llena de impresiones o apariencias negativas. No es la clase de consciencia que puede recibir los buenos dones que el Creador desea ofrecer a Sus hijos amados.  Si la consciencia está llena de dudas y cubierta de ansiedad y miedo, no es el tipo de consciencia que provee un canal libre para el super abasticimiento de la herencia de Cristo de bondad.
            Hay algo que podemos hacer, sin embargo, para proveer la clase de consciencia adecuada, la consciencia receptora. ...  El Espíritu mismo formará esta consciencia receptora dentro de nosotros mismos, cuando le damos libre acceso a nuestras mentes y a nuestros corazones.  El Espíritu está más que deseoso y más abundantemente listo para
remoldear, transformar y renovar nuestra consciencia si nosotros simplemente le dejamos hacerlo sin ninguna presión humana de la voluntad.
            Ayúdese a sí mismo a convertirse en receptivo ahora mismo entregándose usted mismo de todo corazón a la presencia del Espíritu, nuestro Padre-Madre Dios. ... aquiétese, suelte y deje a Dios actuar.  Haga el esfuerzo de no imaginarse lo que pueden ser los resultados.  Suelte todo, abandone todo y deje que Dios se mueva dentro de su consciencia.  El remoldeará, rediseñará y re-creará en tí la perfecta consciencia receptora para la vida, la paz, el amor, la alegría, la belleza, la sabiduría y la abundancia del bien.
            Jesús es el ejemplo perfecto de consciencia receptora perfecta.  Su manera, Su actitud, Sus palabras y Sus enseñanzas nunca indicaron tensión, conflicto, poder personal o voluntarismo humano.  Su vida es una expresión de un contínuo perfecto recibir de parte de Dios.  El fue el canal perfecto, el vehículo perfecto, la encarnación perfecta a través de la cual Dios podía moverse y tener su Ser.
            La mayoría de nosotros quiere ser buenos donantes.  Estamos deseosos de compartir con otros las cosas finas y adorables de la vida, pero a veces nos olvidamos que debemos hacer tiempo y pensar para recibir. Ser un buen receptor no es una tarea complicada, sino una cuestión de simple aplicación. Como dice un estudiante de la Verdad:  "Haz tiempo, cada día, para dejar quietamente que Dios te dé.  Aquiétate, siéntate tranquilo y simplemente dile al amoroso Padre, yo estoy listo para recibir, querido Padre. Yo estoy listo para recibir todo el bien que Tú deseas darme.  Yo estoy recibiendo ahora mismo".
            Aprende a ser un buen receptor.  Conviértete en alguien abierto y receptivo de tu bien por medio de la oración, por medio de afirmar, "Yo estoy recibiendo. Yo estoy recibiendo ahora mismo".  Cuando haces eso, tú abres las puertas de tu mente y de tu corazón, tú abres los pasillos del alma largamente cerrados, tú amplías y expandes los congestionados cuarteles de tu ser hasta que ellos están apliamente listos para recibir la plenitud de la bondad de Dios, preparado y listo para el desbordante flujo.
            No te preocupes acerca de si ya has previamente hablado, actuado, vivido en una manera que valga la pena de recibir el bien de Dios. No te pongas ansioso si  tú sientes que haz dado pasos equivocados o tal vez mal interpretado la guía de Dios o mal interpretado Sus caminos, porque nada, absolutamente nada en el mundo exterior, puede prevenir tu aceptación del bien de Dios el cual está siempre a mano, esperando tu petición.
            No hay un lugar donde podamos ir o estar que esté más allá del alcance del Uno siempre presente y Su bondad.  Ninguna complicación de circunstancias externas puede prevenir que este bien todo presente llegue a tí, de elevarte y sostenerte y ayudarte.  Ningún error humano puede separarte de la constantemente presente bondad de Dios, una vez que haz reconocido su presencia y aceptado su realidad.
            No te desanimes si los resultados de tus afirmaciones y oraciones no parecen  tomar la forma y la manera que tú piensas que es correcta y ventajosa. ... No hay nada que Dios no pueda hacerlo correcto, nada que El no pueda sanar, restaurar, renovar, abastecer, o proveer si nosotros queremos sino abrirnos, volvernos receptivos y obediente de Sus trabajos. Cuando nos aquietamos y tranquilizamos, cuando persistentemente y confiadamente nos relajamos y liberamos y dejamos que Dios actúe, nos presentamos en una manera aceptable para la unción del Espíritu Santo de nuestra consciencia.

            Es la verdad de todos de que Dios nunca le falla a la consciencia lista a crecer. Nosotros debemos prepararnos en consciencia para recibir, aceptar y esperar. No es una simple declaración de que no recibimos lo que queremos ... recibimos lo que esperamos.

¡Y ASI SEA!

¡Mantengan la fe!
Rev. Henry Bates