Hoy yo encontré a alguien que me dijo que ellos odian Navidad y yo debo
decir que es la primera vez que alguien como nunca antes me haya dicho eso. Me
tomó por sorpresa especialmente ya que se que la persona asiste a una iglesia
episcopal. Quizás ellos no están claros sobre su entendimiento del significado
de la celebración la cual es una celebración del "Cristo" ... la Ley
del Amor que está siendo realizada en la consciencia de la humanidad. Yo se que Jesús no nació en Diciembre 25 y yo
se también que él no era el "Cristo" pero también se que sus
enseñanzas y la consciencia Crística pueden ser muy bien ayudarnos a todos
nosotros a encontrar "al Cristo" adentro de nosotros mismos. El
místico estadounidense, Ernest Holmes, explicó ésto my sencillamente: "Los dos grandes maestros de la Biblia son Moisés y
Jesús. Moisés enseñó la ley universal de causa y efecto. Jesús nos habla de una
relación directa entre Dios y el hombre. Uno no está completo sin el otro.
Ambas enseñanzas son necesarias". Y
continúa escribiendo: "El Espíritu interno, el cual es Dios, testimonio
del hecho divino de que nosotros somos hijos de Dios, los hijos del Altísimo.
Como hijos de Dios somos herederos del cielo de la
realidadd; herederos unidos con el Cristo. Cristo tipifica al Hijo universal
del cual cada uno es miembro individual".
Ernest Holmes sinceramente
esperaba y creyó que todos aprenderíamos a "evolucionar" sus enseñanzas como el
Maestro Jesús enseñó en simples parábolas para que los no educados pudieran
comprender las profundas leyes espirituales creyendo que los iluminados entre nosotros también evolucionarían sus
enseñanzas. Unir a una religión la filosofía de cualquier gran maestro
espiritual es ciertamente crear contradicciones; p.e. el cristianismo ha
adaptado ciertos concepto de la filosofía de Platón a sus principios religiosos
creando confusión. Para comprender el concepto "hijos de Dios" de las
enseñanzas de Jesús nosotros debemos comprender que la palabra "hijo"
en el idioma de Jesús, el arameo, quiere decir "una parte de" ... y
la inteligencia revela que cada ser viviente es una "parte de"
D-s, no sólo aquello de la especie humana porque D-s es la Vida misma.
Sin embargo, aún sin un
profundo entendimiento de las enseñanzas de Jesús, su historia nos inspira a
revelar más del Cristo dentro de nuestra propia alma o consciencia individual.
El gran Dr. Norman Vincent Peale ilustra ésto en una historia de su niñez: " Una víspera de Navidad cuando yo tenía cerca de 10
años o also así, mi padre y yo pasábamos por la tienda por departamentos
Burkhart's en Cincinnati cuando un viejo sucio con un sobretodo raído me
detuvo, me tomó por la manga y dijo, "joven, me da algo".
Yo
retiré mi brazo, le dí al hombre un ligero empujón y me alejé, con
indiferencia.
Mi padre se detuvo. "Tú no deberías tratar así a un
hombre---en víspera de Navidad o en ningún otro momento".
"Pero,
papá", dije yo, "él es un vago".
"No
hay tal cosa como un vago, Norman", dijo mi padre, "Tal vez haya
algunas gentes que no han hecho gran cosa de sus vidas, pero todos nosotros
somos hijos de Dios".
Entonces
él sacó su vieja y escuálida billetera---nunca tenía mucho en ella---y me dió
un dólar. Y dijo, "Vé alcanza a ese hombre. Dile, 'Señor, yo le doy este
dólar en nombre de Jesús. Feliz Navidad".
"Oh,
no", yo dije. "No puedo hacer eso". El dijo, "tú haz lo que
te digo, muchacho". Ese
tiempo realmente te importaba lo que los padres te decían.
Así es
que seguí al homnbre y le dije, "Señor, yo le doy este dólar en el nombre
de Jesús. Feliz Navidad".
El viejo
estaba asombrado. Se quitó su vieja gorra y me hizo una reverencia y me dijo,
"Le agradezco, joven señor. Feliz Navidad".
En ese
momento, su cara para mí se volvió hermosa. El ya no era un vago.
Bueno,
todo ésto sucedió hace muchos años atrás, pero yo lo recuerdo
vívidamente porque mi padre me dió tal clara demostración del nuevo mandamiento
que Jesús nos trajo.
"Amaos unos a otros", dijo
Jesús en Juán 13:34, Nada de si es, es
que, o peros. Sin reservas. Y así es como Jesús amó. El amó al pobre, al
enfermo, a las prostitutas, a los criminales, a los "vagos". El amó a aquellos que lo ridiculizaron,
odiaron y Lo abusaron. Para mí, Navidad es acerca de esa manera de amar.
Si tú estás buscando palabras para
ser más grande, déjame decirte que tú nunca serás más grande, ni más sabio, ni
más bello que cuando tú estás poniendo esas palabras a trabajar. Amaos unos a
otros".
El espíritu Crístico dentro de nosotros puede estar
obligado a ser revelado desde adentro de nosotros de muchas maneras y no
tenemos que ser religiosos para que ésto sea verdad. Ya sea que recibimos
nuestra inspiración de parte de Jesús, Buda, Krishna o Paramahansa Yogananda,
poco importa, lo que importa es como nosotros traducimos esta inspiración en
acciones que obtenemos en nuestras experiencias de vida. Y la época de Hanukkah
y Navidad nos dan plenitud de oportunidades para experimentar el Cristo mismo
de nosotros. Es una época de dar y más que todo de reconocimiento de que hay
Algo más en nosotros que la mera carne y huesos. Es una época para extender
nuestro corazón y nuestro espíritu a aquellos que conocemos y a aquellos que no
conocemos. Es tiempo de compatir no sólo cosas de naturaleza material sino
aquellas cosas del corazón; bondad, empatía y amor.
Esta historia viene de un sermón del Dr. Norman Vincent
Peale compuesto en 1970:
"Una
víspera de Navidad hace más de 35 años atrás yo estaba en Syracuse. La gente de
la iglesia estaba distribuyendo grandes, abultadas canastas de Navidad
motivados por el amor a familias pobres en el vecindario.
Todas las canastas habían sido
repartidas menos una y yo me ofrecí para entregar la última. Me llevó a una
extraña aventura. La casa era poco más que una casucha detrás de unas
delapidadas viviendas. Y obviamente una sobre trabajada joven esposa me
admitió.
Yo podía ver que ella había estado
restregando la ropa de la familia en una acalorada banera al estilo antiguo. En
abultado sofa tendido el joven esposo obviamente entrado en sus copas. La
esposa siguió mi mirada. "El es un hombre maravilloso" dijo
defensivamente. "Si no fuera por esa debilidad, él llegaría lejos. Y lo
hará ... él lo hará".
Su voz se ahogo en su garganta. En
la pared, sorprendentemente, había dos excelentes pinturas las cuales parecían
muy fuera de lugar dado el ambiente. Ellas mostraban gente obviamente digna y
sobresaliente. "Ellos eran sus padres", explicó ella, "que eran
gente buena de Nueva Inglaterra. El no se habría desecho de esas pinturas aún
si estuvieran muriendo de hambre. Yo creí que ellos representan su posición en
la vida, tal vez con esperanza".
Yo le dí la canasta a la joven
mujer, le deseé una Feliz Navidad, y me determiné a ayudar a esa familia de una
manera más creativa que simplemente una canasta de Navidad. Al día siguiente,
Navidad, pasé para ver de nuevo a esa gente y tuve una visita agradable. Al
domingo siguiente aparecieron en la iglesia y se mantuvieron asistiendo cada
semana.
Yo pase el día que ellos se mudaron
a una simple pero linda casa. Yo debo admitir que me emocioné un poco cuando ví
a Fred portando aquellos dos retratos hasta la nueva casa. Era Julio cuando
ellos se trasladaron, pero no pareció nada incongruente cuando Fred dijo
felizmente, "¡Feliz Navidad!".
¿Por qué
no? Fue en Navidad que la vida comenzó a
ser feliz para esta linda familia".
Lo que el Dr. Peale le dió a esta familia fue mucho más
allá de los juicios humanos que la evidencia que vemos en nuestro mundo de
hoy. La mayoría de la gente, incluyendo
la mayoría de los ministros, predicadores, sacerdotes y rabinos, habrían tenido
poca empatía para esta joven pareja la cual parecía una mujer supertrabajadora
y un esposo borracho. Demasiado de nosotros habrían dejado la canasta y
eliminado de nuestra mente cualquier preocupación sobre ellos. Sin embargo, es
el Cristo que nos habría obligado a dejar de lado nuestros juícios y dado más
de lo que el Dr. Peale les dió; dignidad, respeto y valor.
Pensemos en el Cristo interior mientras leemos estas
palabras del Salmo 51:10 de la sabiduría antigua: "Crea en mí un
corazón limpio, O Dios, y renueva un espíritu bueno dentro de mí" ---- y
agregemos, " cuando yo reconozco el
Cristo en mí en Navidad y durante
todo el Año
Nuevo".
¡Y ASI SEA!
¡Mantengan la fe!
Rev. Henry Bates