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martes, 8 de diciembre de 2015

principios de la oración - sabiduría de los escritos del místico estadounidense Ernest Holmes

           

            Este domingo fue el inicio de Hanukkah, el Festival de las Luces. Y nada trae más luz a nuestra vida que la oración sincera.  Nosotros podemos orar por luz lo cual simboliza poder e inteligencia y recibiremos tanta como creamos.  Cada principio espiritual siempre demostrado se efectuó por medio de algún tipo de oración.  La oración es esencial para realizar la totalidad de la salud, la felicidad, la prosperidad y el amor.

            Uno de mis Facebook Friends (amigos en Facebook) agregó una columna con ideas de Ernest Holmes acerca de la oración y aún cuando yo he leído esas palabras muchas veces, volver a leerlas pareció ser algo "refrescante" en mi mente.  Me gustaría compartir algunas de esas palabras y un poco más con ustedes en este mensaje del inicio de Hanukkah.

            Lo siguiente es la sabiduría de los escritos del místico estadounidense Ernest Holmes, con ligeras modificaciones:
La mayoría de la gente que cree en Dios cree en la oración; pero nuestra idea de la oración cambia cuando cambia nuestra idea de Dios; y es natural para cada uno sentir que su manera de orar es la manera correcta.  Pero deberíamos tener presente que las oraciones que son efectivas --- no importa de quien son esas oraciones --- son efectivas porque ellas encierran ciertos principios universales los cuales, cuando se comprenden, pueden usarse conscientemente.

            SI DIOS ALGUNA VEZ CONTESTO LAS ORACIONES, EL SIEMPRE CONTESTA LAS ORACIONES, ya que El es "el mismo ayer, hoy y siempre".  Si parece haber algún error, es en la ignorancia de la humanidad o en la incomprensión de la Voluntad y la Naturaleza de Dios.

            Se nos ha dicho que (Jesús declaró) "Dios es Espíritu, y aquellos que alaban a Dios deben alabar a Dios en espíritu y en verdad".  La disponibilidad inmediata del Espíritu Divino no está "ni en las montañas. ni en el templo; ni tampoco Helo aquí ni helo allá, porque he aquí que el Reino de Dios está dentro de tí".

            Esta es una verdadera percepción del poder espiritual. El poder ya no es Yo, sino "el Padre (la Inteligencia, el Espíritu, el Poder) que habita en tí".  Podríamos concebir el Espíritu como que ha sido encarnado en nosotros - mientras que al mismo tiempo ser siempre más que aquello que es encarnado -- ¿no creceríamos espiritual e intelectualmente? ¿No serían nuestras oraciones contestadas antes que fueran hechas? "El Reino de Dios está dentro de tí".  Cuando nos hacemos conscientes de nuestra Unidad con el Bien Universal, las creencias en el mal, el pecado, la enfermedad, la limitación y la muerte tienden a desaparecer. Ya mo volveremos a "pedir mal", suplicando como que Dios no quisiera, rogando como que El estuviera reteniendo.

            "Si tú moras en mí y mis palabras moran en tí, tú pedirás lo que tú quieras y se te será concedido".  Esto da una gran luz sobre una importante ley que gobierna las respuestas a las oraciones. Morar en El, quiere decir no tener consciencia separada de Su consciencia -- nada en nuestro pensamiento que niegue el poder y la presencia del Espíritu. Si, nosotros podemos prestamente ver porque las oraciones son respondidas cuando moramos en El.

            De nuevo cuando leemos, "Lo que quiera que tú pidas en mi nombre, eso Yo haré".  Esto suena simple de primera, pero es otra profunda declaración como la primera; su significado descanza en la frase: "en mi nombre"  En Su nombre, quiere decir como Su Naturaleza. Si nuestro pensaiento es tan inmaculado como la Mente de Dios, si nosotros estamos reconociendo nuestra Unidad con Dios, nosotros no podemos orar para otra cosa más que para  el bien de toda la humanidad. En dicha oración no deberíamos aferrarnos al mal o a la adversidad. El secreto del poder espiritual descansa en una consciencia de la unión de uno con el Todo, y de la disponibilidad del Bien. Dios es accesible a toda la gente.

            Dios se manifiesta a Sí mismo  a través de todos los individuos. No hay dos personas iguales; cada quien tiene un lugar único en el universo de la Mente (el Espíritu) cada quien vive en la Mente ( el Espíritu);  cada quien Lo contacta a través de su propia mentalidad, en una manera individual, sacando de El una expresión única de Su Divina Naturaleza. Si uno se vuelve auto receptivo a la idea del amor, ellos se convierten en amorosos. Al grado de que ellos incorporan amor, ellos son amor; de manera que la gente que ama es amada. Quien se hace receptivo a la idea de la paz, equilibrio y calma -- quien quiera que adopte estas realidades divinas -- las encuentra fluyendo a través de ellos y llegan a ser pacíficos, equilibrados y calmados.

            Hay un lugar en nosotros el cual permanece abierto al Infinito; pero cuando el Espíritu tráe Su don, virtiéndose a Sí mismo a través de nosotros, puede darnos solamente lo que tomamos. Esto es mental. Si nosotros persistimos en decir que la Vida no nos dará aquello que es bueno ("Dios no contestará mis oraciones".) No puede, porque la Vida debe revelarse a Sí misma a través de nuestra inteligencia. La energía acumulada de la Vida, y la posibilidad de una evolución humana más amplia, trabaja a través de la imaginación y la voluntad del hombre. El momento es ahora; el lugar es donde estamos y se cumple para nosotros de acuerdo a nuestra creencia.

            La Oración es Esencial para la Felicidad.  La oración no es un acto para sobreponerse a la renuencia de Dios, sino debería ser una aceptación efectiva de la máxima voluntad de Dios.
            Por medio de la oración nosotros reconocemos una ley espiritual que ha existido siempre, y nos pone en alineamiento con ella.  La ley de la electricidad pudo haber sido usada por Moisés si él hubiera entendido esta ley.  Emerson dijo: "¿No es la oración un estudio de la verdad, un sendero del alma hacia el Infinito desconocido?

            La oración es constructiva porque nos capacita para establecer un contacto más cercano con la Fuente de Sabiduría, y nosotros estamos menos propensos a ser influenciados por la apariencias alrededor nuestro -- para juzgar "de acuerdo con la apariencia".  La oración correcta pone a la "ley del Espíritu de la Vida" en moviento para nosotros.

            La oración es esencial no para la salvación del alma, porque el alma nunca se pierde; sino para el bienestar consciente del alma que no se entiende a sí misma. Hay una vitalidad en nuestra comunión con el Infinito, el cual es producto del más grande bien. Como el fuego calienta el cuerpo, como el alimento nos hace fuertes, como el sol eleva nuestros espíritus, así hay una sutíl transfusión de cierta fuerza invisible en tal comunión, que se entreteje entre la urdimbre misma y la trama de nuestras propias mentalidades.  Esta mezcla consciente de nuestro pensamiento con el Espíritu es esencial para el bienestar de cada parte nuestra.

            La oración ha estimulado a incontables millones de personas hacia pensamientos más elevados y acciones más nobles.   A aquello que tiende a conectar nuestras mentes con la Mente Universal deja entrar una inundación de Su consciencia. Si pensamos en Dios como Un Dictador Celestial --- algo aparte de aque que vive y se mueve y tiene Su ser donde nosotros estamos -- entonces estamos ciertos de creernos desconectados de su Presencia Infinita;  ! y la consecuencia inevitable de tal manera de pensar sería  un terrible temor que nunca sería capaz de hacer contacto con El !  Pero si nosotros conocemos a Dios como una Presencia Interior, nuestras oraciones son naturalmente dirigidas a esta Presencia en nosotros. Nosotros deseamos, y necesitamos, una unión consciente con el Infinito.  Esto es tan necesario para la naturaleza y el intelecto del hombre, como el alimentos es para el bienestar de su cuerpo físico.

            La Oración Es Su Propia Respuesta. La causa y efecto son dos lados del pensamiento y el Espíritu, siendo TODO, es tanto la Causa y el Efecto. La oración, entonces, es su propia respuesta. La Biblia nos dice: "Antes de ellos llamar Yo responderé".  Antes que nuestra oración sea puesta en palabras, Dios ya tiene la respuesta, pero si nuestra oración es una de creencia parcial, entonces hay solamente una tendecia hacia su respuesta; si al día siguiente dudamos totalmente, entonces no hay ninguna respuesta. Al tratar con la Mente (el Espíritu), estamos tratando con una Fuerza que no podemos engañar. Nosotros no podemos engañar al Principio con la mínima sombra sobre de nuestro más sutíl concepto. La mano escribe y pasa, pero el escrito permanece; y la única cosa que puede borrarlo es la escritura de un caracter diferente. No hay ninguna obstrucción que uno no pueda disipar con el poder la Verdad.

            Así que nosotros aprendemos ir profundo a nuestro interior, y hablar como si hubiera una Presencia ahí que sabe; y deberíamos hacer tiempo para desenterrar esta causa escondida, para penetrar esta cámara interna de la consciencia.  Vale mucho más la pena comulgar con el Espíritu -- para sentirlo y palparlo. El alcance del Espíritu es directo . . . a través de nuestra propia consciencia.

            Este Espíritu fluye a través de nosotros.  Cualquier inteligencia que tenemos es este Espíritu en nosotros. La oración es su propia respuesta. Nosotros podemos estar ciertos de que hay una Inteligencia en el Universo a la cual podemos ir, que nos guiará y nos inspirará, un amor el cual eclipsa.  Dios es real para aquel que cree en el Espíritu Supremo, real para el alma que siente su unidad con el Todo.

            Cada día y cada hora nosotros estamos encontrando las realidades eternas de la vida, y a tal grado cuando nosotros co-operamos con esas realidades en el amor, en la paz, en la sabiduría y en la alegría---creyendo y recibiendo---nosotros estamos automaticamente bendecidos. Nuestra oración es respondida antes de pronunciarla.

            Ernest Holmes nos ha dado mucho para pensar acerca de ésto. Pero, debemos hacer más que pensar, debemos orar y orar afirmativamente diariamente y quizás durante varias veces cada día para borrar el ruido y la tontería del mundo que está impuesto sobre nuestra mente.  La oración puede ser sanadora y renovadora pero si solamente lo hacemos parte de nuestra experiencia de vida.

            "La oración es el poder más grande de la humanidad" declaró W. Clement Stone, notable hombre de negocios, filántropo y autor, y ésta es la verdad para todo el mundo, en todas partes.

¡Y  ASI SEA!

¡Mantengan la fe!
Rev. Henry Bates