Este domingo fue el inicio de Hanukkah, el Festival de las Luces. Y nada
trae más luz a nuestra vida que la oración sincera. Nosotros podemos orar por luz lo cual
simboliza poder e inteligencia y recibiremos tanta como creamos. Cada principio espiritual siempre demostrado
se efectuó por medio de algún tipo de oración.
La oración es esencial para realizar la totalidad de la salud, la
felicidad, la prosperidad y el amor.
Uno de mis Facebook
Friends (amigos en Facebook) agregó una columna con ideas de Ernest Holmes
acerca de la oración y aún cuando yo he leído esas palabras muchas veces,
volver a leerlas pareció ser algo "refrescante" en mi mente. Me gustaría compartir algunas de esas palabras
y un poco más con ustedes en este mensaje del inicio de Hanukkah.
Lo siguiente es la
sabiduría de los escritos del místico estadounidense Ernest Holmes, con ligeras
modificaciones:
La mayoría de la gente que cree en Dios cree en la oración; pero nuestra
idea de la oración cambia cuando cambia nuestra idea de Dios; y es natural para
cada uno sentir que su manera de orar es la manera correcta. Pero deberíamos tener presente que las
oraciones que son efectivas --- no importa de quien son esas oraciones ---
son efectivas porque ellas encierran ciertos principios universales los cuales,
cuando se comprenden, pueden usarse conscientemente.
SI DIOS ALGUNA VEZ
CONTESTO LAS ORACIONES, EL SIEMPRE CONTESTA LAS ORACIONES, ya que El es
"el mismo ayer, hoy y siempre".
Si parece haber algún error, es en la ignorancia de la humanidad o en la
incomprensión de la Voluntad y la Naturaleza de Dios.
Se nos ha dicho que (Jesús
declaró) "Dios es Espíritu, y aquellos que alaban a Dios deben alabar a
Dios en espíritu y en verdad". La
disponibilidad inmediata del Espíritu Divino no está "ni en las montañas.
ni en el templo; ni tampoco Helo aquí ni helo allá, porque he aquí que el Reino
de Dios está dentro de tí".
Esta es una verdadera
percepción del poder espiritual. El poder ya no es Yo, sino "el Padre (la
Inteligencia, el Espíritu, el Poder) que habita en tí". Podríamos concebir el Espíritu como que ha
sido encarnado en nosotros - mientras que al mismo tiempo ser siempre más que
aquello que es encarnado -- ¿no creceríamos espiritual e intelectualmente? ¿No
serían nuestras oraciones contestadas antes que fueran hechas? "El Reino
de Dios está dentro de tí". Cuando
nos hacemos conscientes de nuestra Unidad con el Bien Universal, las creencias
en el mal, el pecado, la enfermedad, la limitación y la muerte tienden a
desaparecer. Ya mo volveremos a "pedir mal", suplicando como que Dios
no quisiera, rogando como que El estuviera reteniendo.
"Si tú moras en mí y
mis palabras moran en tí, tú pedirás lo que tú quieras y se te será
concedido". Esto da una gran luz
sobre una importante ley que gobierna las respuestas a las oraciones. Morar
en El, quiere decir no tener consciencia separada de Su consciencia -- nada
en nuestro pensamiento que niegue el poder y la presencia del Espíritu. Si,
nosotros podemos prestamente ver porque las oraciones son respondidas cuando moramos
en El.
De nuevo cuando leemos,
"Lo que quiera que tú pidas en mi nombre, eso Yo haré". Esto suena simple de primera, pero es otra
profunda declaración como la primera; su significado descanza en la frase:
"en mi nombre" En Su nombre,
quiere decir como Su Naturaleza. Si nuestro pensaiento es tan inmaculado como
la Mente de Dios, si nosotros estamos reconociendo nuestra Unidad con Dios,
nosotros no podemos orar para otra cosa más que para el bien de toda la humanidad. En dicha
oración no deberíamos aferrarnos al mal o a la adversidad. El secreto del poder
espiritual descansa en una consciencia de la unión de uno con el Todo, y de la
disponibilidad del Bien. Dios es accesible a toda la gente.
Dios se manifiesta a Sí
mismo a través de todos los individuos.
No hay dos personas iguales; cada quien tiene un lugar único en el universo de
la Mente (el Espíritu) cada quien vive en la Mente ( el Espíritu); cada quien Lo contacta a través de su propia
mentalidad, en una manera individual, sacando de El una expresión única de Su
Divina Naturaleza. Si uno se vuelve auto receptivo a la idea del amor, ellos se
convierten en amorosos. Al grado de que ellos incorporan amor, ellos son amor;
de manera que la gente que ama es amada. Quien se hace receptivo a la idea de
la paz, equilibrio y calma -- quien quiera que adopte estas realidades divinas
-- las encuentra fluyendo a través de ellos y llegan a ser pacíficos, equilibrados
y calmados.
Hay un lugar en nosotros
el cual permanece abierto al Infinito; pero cuando el Espíritu tráe Su don,
virtiéndose a Sí mismo a través de nosotros, puede darnos solamente lo que
tomamos. Esto es mental. Si nosotros persistimos en decir que la Vida no nos
dará aquello que es bueno ("Dios no contestará mis oraciones".) No
puede, porque la Vida debe revelarse a Sí misma a través de nuestra
inteligencia. La energía acumulada de la Vida, y la posibilidad de una
evolución humana más amplia, trabaja a través de la imaginación y la voluntad
del hombre. El momento es ahora; el lugar es donde estamos y se cumple para
nosotros de acuerdo a nuestra creencia.
La Oración es Esencial
para la Felicidad. La oración no es un acto para sobreponerse a
la renuencia de Dios, sino debería ser una aceptación efectiva de la máxima
voluntad de Dios.
Por medio de la oración
nosotros reconocemos una ley espiritual que ha existido siempre, y nos pone en
alineamiento con ella. La ley de la
electricidad pudo haber sido usada por Moisés si él hubiera entendido esta
ley. Emerson dijo: "¿No es la
oración un estudio de la verdad, un sendero del alma hacia el Infinito
desconocido?
La oración es constructiva
porque nos capacita para establecer un contacto más cercano con la Fuente de
Sabiduría, y nosotros estamos menos propensos a ser influenciados por la
apariencias alrededor nuestro -- para juzgar "de acuerdo con la
apariencia". La oración correcta
pone a la "ley del Espíritu de la Vida" en moviento para nosotros.
La oración es esencial no
para la salvación del alma, porque el alma nunca se pierde; sino para el
bienestar consciente del alma que no se entiende a sí misma. Hay una vitalidad
en nuestra comunión con el Infinito, el cual es producto del más grande bien.
Como el fuego calienta el cuerpo, como el alimento nos hace fuertes, como el
sol eleva nuestros espíritus, así hay una sutíl transfusión de cierta fuerza
invisible en tal comunión, que se entreteje entre la urdimbre misma y la trama
de nuestras propias mentalidades. Esta
mezcla consciente de nuestro pensamiento con el Espíritu es esencial para el
bienestar de cada parte nuestra.
La oración ha estimulado a
incontables millones de personas hacia pensamientos más elevados y acciones más
nobles. A aquello que tiende a conectar
nuestras mentes con la Mente Universal deja entrar una inundación de Su
consciencia. Si pensamos en Dios como Un Dictador Celestial --- algo aparte de
aque que vive y se mueve y tiene Su ser donde nosotros estamos -- entonces
estamos ciertos de creernos desconectados de su Presencia Infinita; ! y la consecuencia inevitable de tal manera
de pensar sería un terrible temor que nunca
sería capaz de hacer contacto con El !
Pero si nosotros conocemos a Dios como una Presencia Interior, nuestras
oraciones son naturalmente dirigidas a esta Presencia en nosotros. Nosotros
deseamos, y necesitamos, una unión consciente con el Infinito. Esto es tan necesario para la naturaleza y el
intelecto del hombre, como el alimentos es para el bienestar de su cuerpo
físico.
La Oración Es Su Propia
Respuesta. La causa y efecto son dos lados del
pensamiento y el Espíritu, siendo TODO, es tanto la Causa y el Efecto. La
oración, entonces, es su propia respuesta. La Biblia nos dice: "Antes de
ellos llamar Yo responderé". Antes
que nuestra oración sea puesta en palabras, Dios ya tiene la respuesta, pero
si nuestra oración es una de creencia parcial, entonces hay solamente una
tendecia hacia su respuesta; si al día siguiente dudamos totalmente,
entonces no hay ninguna respuesta. Al tratar con la Mente (el Espíritu),
estamos tratando con una Fuerza que no podemos engañar. Nosotros no podemos
engañar al Principio con la mínima sombra sobre de nuestro más sutíl concepto.
La mano escribe y pasa, pero el escrito permanece; y la única cosa que puede
borrarlo es la escritura de un caracter diferente. No hay ninguna obstrucción
que uno no pueda disipar con el poder la Verdad.
Así que nosotros
aprendemos ir profundo a nuestro interior, y hablar como si hubiera una
Presencia ahí que sabe; y deberíamos hacer tiempo para desenterrar esta causa
escondida, para penetrar esta cámara interna de la consciencia. Vale mucho más la pena comulgar con el Espíritu
-- para sentirlo y palparlo. El alcance del Espíritu es directo . . . a través
de nuestra propia consciencia.
Este Espíritu fluye a
través de nosotros. Cualquier
inteligencia que tenemos es este Espíritu en nosotros. La oración es su propia
respuesta. Nosotros podemos estar ciertos de que hay una Inteligencia en el
Universo a la cual podemos ir, que nos guiará y nos inspirará, un amor el cual
eclipsa. Dios es real para aquel que
cree en el Espíritu Supremo, real para el alma que siente su unidad con el
Todo.
Cada día y cada hora nosotros
estamos encontrando las realidades eternas de la vida, y a tal grado cuando
nosotros co-operamos con esas realidades en el amor, en la paz, en la sabiduría
y en la alegría---creyendo y recibiendo---nosotros estamos automaticamente
bendecidos. Nuestra oración es respondida antes de pronunciarla.
Ernest Holmes nos ha dado
mucho para pensar acerca de ésto. Pero, debemos hacer más que pensar, debemos
orar y orar afirmativamente diariamente y quizás durante varias veces cada día
para borrar el ruido y la tontería del mundo que está impuesto sobre nuestra
mente. La oración puede ser sanadora y
renovadora pero si solamente lo hacemos parte de nuestra experiencia de vida.
"La
oración es el poder más grande de la humanidad" declaró W. Clement Stone, notable hombre de negocios, filántropo y autor, y
ésta es la verdad para todo el mundo, en todas partes.
¡Y ASI SEA!
¡Mantengan la fe!
Rev. Henry Bates